María Elena Walsh

María Elena Walsh cambió para siempre la relación entre poesía e infancia. Durante su carrera publicó más de 20 discos y escribió más de 50 libros, en los que, utilizando un lenguaje prodigioso, escapó del estereotipo inocente que suele rodear a la infancia y en donde además trató temas sociales. Sus libros, clásicos de la literatura infantil, han sido traducidos al francés, inglés, italiano, sueco y hebreo.

Elena creció en una gran casona en su natal Buenos Aires y se crió escuchando canciones populares inglesas, tradición de su familia inmigrante. A los 12 años entró a la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, y comenzó a leer ávidamente durante su adolescencia. La muerte de su padre y la recolección de varios poemas que había escrito desde que tenía 14 años dieron pie a su primer libro. Otoño imperdonable (1947) que causó la admiración de escritores hispanoamericanos como Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y Pablo Neruda.

Al volver a Buenos Aires conoció a quien sería su pareja creativa y personal por 12 años: Leda Valladares, una artista tucumana. Ambas pasaron a formar Leda y María, dúo que las tuvo cantando y editando folklore andino argentino en París. En Francia, María Elena comenzó a experimentar con la literatura infantil, creando personajes, canciones y poemas.

Volvió a Argentina en 1956 para recorrer el país en busca de canciones de tradición oral: grabó sus primeros discos, que fueron alabados por los intelectuales músicos de la época como Victoria Ocampo y Atahualpa Yupanqui. Junto a Leda también dieron inicio al show que cambió el mundo del espectáculo infantil y se transformó en clásico de la cultura argentina. Durante los años que vinieron, montaron shows, editaron libros y discos infantiles con gran éxito, hasta separarse en 1963.

María Elena creó también canciones que dieron voz a las protestas latinoamericanas de esos años y elevó una crítica a las clases medias conservadoras. Estas canciones pasaron a formar parte del repertorio de Mercedes Sosa, entre otros intérpretes latinoamericanos.

El legado de María Elena Walsh, celebrado en recopilaciones y premios, renovó el panorama literario infantil al crear obras que no trataban a los niños de manera condescendiente, sino que estimulaban su inteligencia mediante un lenguaje que mezcla la literatura clásica con la cultura popular.

Texto: Libro Mujeres Bacanas.

 

Nota original.